Queridos hermanos:
Parece indudable, que el peligroso virus que ha invadido el mundo ha provocado cambios sustanciales en diversos aspectos de nuestra vida y lo que es más doloroso, ha causado el sufrimiento de muchas personas y miles de fallecimientos, entre ellos, algunos muy cercanos, produciéndose igualmente y en paralelo, una intensa crisis económica que costará superar. No obstante, esta nueva realidad también ha despertado sentimientos de fraternidad y de solidaridad que han humanizado más las relaciones sociales y que son manifestaciones del amor de Dios que anida en nuestros corazones.
Sin poder olvidar la dura Cuaresma vivida, en la que quedarontruncadas las ilusiones propias de ese tiempo de preparación, viviendo confinados una muy diferente Semana Santa, en los meses posteriores y condicionados por la situación imperante,hemos ido recuperando una cierta actividad y cumpliendo la normativa sanitaria ha sido posible volver con emoción a la Real Colegiata de San Isidro, para rezar ante nuestros Titulares, ver a los hermanos, celebrar un solemne funeral en memoria de losfallecidos por el coronavirus y reanudar, desde finales de mayo, la tradicional misa de hermandad de cada viernes.
Para mitigar la nostalgia y como cauce para cultivar nuestras creencias, os animo a seguir vinculados con la Hermandad, con la esperanza de ir recuperando nuestra actividad habitual. En tal sentido y aprovechando los medios digitales, seguimos divulgando los textos de formación religiosa, como el referido a la nueva encíclica del Papa Francisco, así como otras informaciones que pueden ser de interés para los hermanos.Debido a la acusada merma de ingresos producida en estos últimos meses, es fundamental contar con vuestra colaboración, tanto en el pago de cuotas, como en la distribución de la lotería de Navidad, con el propósito de poder cumplir nuestros compromisos y atender las ayudas sociales, por lo que os animo a ello, al tiempo que agradezco vuestros esfuerzos en este sentido.
En función de la evolución de la compleja situación sanitaria que padecemos, adaptaremos y afrontaremos los próximos meses, en los que tenemos previsto celebrar en diciembre los tradicionales cultos a honor y gloria de la Stma. Virgen de la Esperanza, como prólogo de la Navidad, pero sin poder definir y anticipar de momento lo referido al nuevo año. En consecuencia, iremos tomando las decisiones que determinen las circunstancias y divulgando por los canales de comunicación de nuestra corporación las noticias de interés que se vayan produciendo, para general conocimiento.
Confiando en la Divina Providencia, como base de nuestra fe, os invito a poner en manos del Señor del Gran Poder y de nuestra Madre de la Esperanza nuestros mejores propósitos, manteniéndonos unidos en Hermandad.
Mucho ánimo para todos y un fraternal abrazo,
Luis Rafael García Martínez – Hermano Mayor